Despojada
de cualquier indicio de esperanza, continuó remendando trapos en silencio sin
fuerzas para hablar con Cristina, que se volvió más autosuficiente y
charlatana. Se las ingeniaba para distraerla con historias incoloras. Pero ¿cómo
explicarle, sin ofenderla, que a veces el silencio puede ser el compañero más
cariñoso y generoso?’
Fragmento de Hábito blanco
Fragmento de Hábito blanco
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Pilar Cárdenes