Cuando vi el cuadro de Pedro, “la femme y fatale”, supe que no
podía haber otra imagen de portada que definiera mejor el concepto de mi
novela. Pedro y yo no éramos especialmente amigos. Coincidíamos en algún
almuerzo, reunión y, por supuesto, en sus exposiciones ya que mi admiración por
su trabajo es absoluta. En cuanto lo llamé, me encontré con una persona
cercana, generosa, abierta a colaborar, muy lejos de ese halo egocentrista que emanan algunos maestros -o pseudomaestros- en
cualquier manifestación artística.
Este cuadro forma parte de una exposición que inauguró a finales del 2013
con el título “Silent-es”, con ella
quería rendir un homenaje al cine mudo. Dice Pedro:
"Cuando una película de la era muda (1888-1927 aprox.) transcurre ante mis ojos, no
estoy viendo una película. Veo el tiempo.
¿Les
he dicho que estoy pintando al Cine Mudo? (…)sido el cine y sus
comienzos: el blanco, el negro, su millón de grises,
el tiempo y… ellos, todos ellos. Los silentes, los actores sin
voz."
Nada
de lo que yo pueda decir o transcribir, adornaría su obra que brilla con
luz propia; la misma luz que emana de si mismo, y lo hace grande como persona.
Nunca olvidaré cuando, antes de la presentación de Hábito blanco, fui al estudio a entregarle un
ejemplar y… Gracias, Pedro.
Pilar
Cárdenes
http://pedrolezcanojaen.blogspot.com.es
Me gusta la portada.
ResponderEliminarMucho.
Besos.
Muchas gracias, Toro
EliminarBesos
Gracias a ti, Pilar. Felicidades por tu novela; se lee sola, y eso no se puede lograr sino escribiendo sencillo y bien, algo muy difícil de lograr.
ResponderEliminarPedro, este comentario es muy estimulante!!! :)
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